CARLOS RUIZ ZALDIVAR
1925-2010.
Azucena Caballero
Nació en Pisagua, provincia de Tarapacá, el 8 de septiembre de 1925. Estudió sus Humanidades en el Liceo de Hombres de San Felipe y egresó en 1945. Recibe el título de Profesor, en la Escuela Normal ‘José Abelardo Núñez’ de Santiago. Realiza toda su carrera docente en Aconcagua.
Desde muy joven mostró cualidades literarias excepcionales. Ganó concursos y dictó conferencias y recitales en Puerto Rico, Nuevo México y Estados Unidos, además de Chile.
En 1960, fue becado por la Organización Fullbright a Estados Unidos y Puerto Rico para conocer la forma de educación en esos países. En 1983 recibe la Estatuilla “Javiera Carrera” por su labor en bien de la Cultura Regional.
Declarado Hijo Ilustre de SAN FELIPE en 1955.
Fue Asesor Cultural Ad-honorem de la Ilustre Municipalidad de San Felipe por espacio de 30 años.
Como periodista colaboró en las revistas VEA, En Viaje, El Mercurio, La Estrella de Valparaíso y El Valle de San Felipe. Su importante obra literaria consta de casi una veintena de libros publicados entre poesía, ensayos, relatos históricos y folclóricos. Se consagró con su afamado “Romancero Heroico de Aconcagua” en 1955 con cuatro ediciones, todas agotadas.
Recibió el premio de Literatura “Luis Durand” en 1962.
De sus talentos además contaremos, que fue pintor, Medalla de Plata en el Salón Oficial de la Sociedad de Bellas Artes de Santiago 1963 y Medalla de Oro en el Salón de Otoño de Valparaíso 1966. Amó el tango y anualmente sus recitales en conmemoración de Carlos Gardel eran tan genuinamente interpretados con una voz preciosa de impostación natural, bien timbrada y de perfecta dicción.
Junto a su hijo Ricardo, virtuoso del bandoneón y los músicos del conjunto Amanecer, brindaban una noche de tangos para un público que los aplaudía de pié, ferviente y entusiasmado vibrando con la letra y la música de los tangos más famosos, en la voz inigualable de –Carloncho- como le gustaba llamarse.
En Junio del año 2002 fue recibido por la Academia Chilena de la Lengua como Miembro de Número correspondiente en San Felipe. Durante este período no faltó nunca a la Sesión de los lunes en Santiago, siendo destacado y considerado entre sus pares, por la calidad de sus trabajos para esa academia.
Fue Miembro de la Sociedad de Escritores de Chile, Filial San Felipe como su Asesor Cultural
-no podía ser menos-
y Socio de la Sociedad de Historia y Arqueología de Aconcagua.
Bien, ahora entraremos en otra parte de esta biografía, enfocando desde un plano más íntimo al amigo, el artista, el hombre de voluntad íntegra, siempre dispuesto a colaborar y enseñar a los que se acercaban, a menudo a él para pedir su consejo u orientación pues querían aprender a traspasar la línea común y entrar en ese ámbito maravilloso de los artistas.
Pero, debo decirlo una vez más, raras veces el Creador adorna de cualidades superiores al dotar de disímiles talentos a un ser humano. En Carlos Ruiz Zaldívar se reunieron varias disciplinas artísticas extraordinarias y de excepción.
En lo que atañe a lo personal, tuve el privilegio de conocerlo y admirarlo en toda la gama de la obra intelectual que él realizara. Muy de cerca, debido a su ingreso como miembro de la Sociedad de Escritores de Chile, Filial San Felipe, que presido, de la cual fue nuestro Asesor Cultural, (no podía ser menos).
Al referirme a este gran hombre del arte, quiero decir, que Don Carlos Ruiz Zaldívar significó y significa –ahora a través de sus obras- un inapreciable aporte a San Felipe, más allá del ámbito regional y nacional. Un maestro siempre pronto a: dar una charla sobre literatura en los colegios o en círculos literarios, prologar un libro, revisar el escrito de un principiante en las letras o dar indicaciones precisas a quien se estuviera iniciando en la pintura.
O deleitarnos con sus conciertos de tango, dejando al público extasiado, meditando en la poesía de sus letras al cantarlos, con los matices exquisitos de su voz y su decir. De natural afable siempre estuvo rodeado de sus amigos por su atrayente personalidad de artista excepcional.
En cuanto a su faceta de bardo, el estro de Carlos Ruiz Zaldívar, se enriqueció y decantó, alcanzando con los años una increíble frescura, fuerza y profundidad en el Verso Mayor.
Deseo tocar brevemente su último libro publicado –de poesía- Sonetos Terminales, se diría que el amor canta, vívido en el corazón de este hombre, transformando en un maravilloso y mágico proceso sus sentimientos, en poesía que late y nos transporta a lugares mágicos de los que no pudiéramos salir, es tanta la belleza y la hondura de las imágenes…
Todo el libro, al leerlo, nos atraviesa, como una saeta que nos hiere de una herida azul y se fija directo en nuestra alma.
Hay en la obra poética de este artista, una vena lírica, un fuego tanático que arde como perenne antorcha creadora sin agotarse jamás. Una mística belleza que nos lleva al éxtasis y nos deja en un paraíso, perdidos en nosotros mismos, sin atrevernos a distinguir esa delgada línea que nos traspasa de alumbramiento y muerte al mismo tiempo.
OBRAS LITERARIAS:
Romancero Heroico de Aconcagua.
Ancla de soledad.
Estampas Sanfelipeñas del pasado, reseñas biográficas de escritores
Glosario de sombra y luz.
Del grillo a la estrella.
50 años en la pintura de Pacheco Altamirano.
Juegos mortales, sonetos.
El puerto en la botella.
Primer Lugar en los Juegos Florales del Mar 1978. Los cantos del gallo ciego.
Poeta del Alba, homenaje a Oscar Castro. Valparacanto.
Calles de San Felipe.
Romancero Andino. El Laurel en el cielo, Sonetos a Santa Teresa de Los Andes
El Rucio Herminio, novela
Sonetos Terminales. Poesía.
Calles de San Felipe, Segunda Edición Ampliada a 2001
Los Municipios en el siglo XX., Historia.
Leyendas de Aconcagua (obra Póstuma) 2010.