Una niebla espesa anuncia
largos
días de olvido, vaho en
mi ventana.
Papel mojado de tanto uso.
Ya me cansé de preguntar
a la memoria
el nombre de las cosas y
de mí misma:
Vivo en la espera de
eternos silencios,
vivo esperando sin
esperar nada,
me
miro al espejo, me rio de mi misma,
aprieto
los puños y espero una caricia,
que
nunca llega porque olvidé sentirla.