Sé vierten lágrimas en
amaneceres silenciosos,
ante la impotencia del
ver pasar los años
ves una sonrisa tardía
que te anima en secreto.
Vuelves a ser niño, cuando todo era de colores
y nadie te decía; eres
diferente por ser discapacitado.
Una marca y un destino,
una sensación de vacío,
soledad temprana en el
camino, son muchos los hallados.
Estoy cansada de tu
mirada de repudia, callada, casi muerta.
Yo también tengo nombre
en el paraíso y ángeles
que me custodian cuando
tú me has olvidado.
Sí, soy ciego, cojo,
mudo, sordo, pero estoy latiendo
y me preguntó ¿Sabes de
que hablo? O huyes como siempre.
Mírame, también yo sueño
y pintó arco iris con las manos
mientras pienso y espero
la respuesta que no llega.
Ya no queda tiempo, tal
vez mañana no exista
y solo quede la rosa en
la tumba, la pregunta y el desprecio.
Mª Auxiliadora Fonellosa
Mª Auxiliadora Fonellosa
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