PERDÓN
Llama
ardiente que haces de mí la nada,
cuando
ahuyentaré el miedo y te dejaré crearme.
¡Dime
Amor mío ¿Seré capaz de abandonarme
en
Ti, hasta el punto de dejar de existir sin Ti?
Abrázame
como una Madre, como un Padre
y
hazme sentir que soy niña de nuevo.
Qué
lejos quedó el dolor y mi libertad.
Muerta
soy sino te tengo, no sé mayor
riqueza
que aquella que abandonándose
a
sí misma, es pobre y nada.
Tal
vez mi dicha no halle hoy ni mañana,
pero
cuando llegue el día y la nueva aurora
me
tenga por suya; sea capaz de perdonar,
como
TÚ lo hiciste por toda la Humanidad.
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